martes, 19 de febrero de 2008

Para que no se nos olvide...

Esta tarde vivimos uno de esos eventos que en otras personas actúan como "disparadores" de sus deseos tácitos de emigrar, pero en nuestro caso sólo funcionó como un recordatorio del camino que escogimos y de una de las razones que en su momento evaluamos del porqué es absolutamente prioritario no perder nuestro norte.

Más o menos a las 4 de la tarde de hoy, entra una llamada al teléfono de mi esposa. Era su Mamá, la cual estaba sumamente nerviosa, y le pedía que por favor nos desplazáramos urgentemente a donde unos primos de ella, ya que a uno de ellos los sometieron en un negocio que tiene (un cybercafé) y aparentemente, el muchacho se resistió a que lo robaran y salió herido. Muchas lágrimas, mucha tensión...

Llegamos al sitio, y ya otros de la familia habían arribado antes:

Un par de malandros (asaltantes, para los no venezolanos), entraron a un Cybercafé que él tiene, y quisieron robar dos computadores portátiles que tenía en ése momento ahí y que estaba configurando para unos clientes. Él se opuso, y lo hirieron en la cabeza golpeándolo con un revólver. Estando tirado en el piso, accionaron el arma, pero no detonó el disparo. Se salvó. Botaron un computador al piso, y en vista del escándalo que se formó, salieron huyendo llevándose una de los laptops.

Nosotros, que estábamos en ese momento con mi hija, no sabíamos cómo hacer para evitar que toda la conmoción, lágrimas y el terrible ambiente que se respiraba en esa casa en ese momento, afectara a nuestra hija. Afortunadamente, yo recién le había enseñado a ella a poner música con mi teléfono y ella estaba super entretenida, al punto que más tarde le preguntamos si sabía lo que había pasado allá, y nos dijo que no, porque estaba jugando con el teléfono.

Esto en Venezuela es algo de todos los días, y no hay venezolano que no tenga al menos una historia de un familiar directo (o ellos mismos) que haya tenido al menos un encuentro directo con el hampa y la inseguridad que hace de los venezolanos trabajadores, prisioneros de sus propias casas.

Qué triste !

Cada vez que vivo algo así, recuerdo las palabras tristes de un primo, colombiano, que tiene dentro de sus más bellos recuerdos de infancia, la sensación de seguridad y tranquilidad que él recuerda haber vivido en Venezuela cuando venía de vacaciones hace 20 ó 25 años, y que se perdió para que tal vez no se recupere nunca.

Lo peor?
Que esto todavía no es lo peor.

3 comentarios:

Iza+Ed dijo...

Pero que susto!!, realmente el angel de tu familiar lo protegió en todo momento!!, espero que se recupere pronto del posible golpe fuerte que esos tipejos le pudieron haber propinado. Y de el terrible susto que viió. La salud es primero. Lo material... viene despues, y afortunadamente los asaltantes no lograron el cometido en su totalidad.

Tiberio dijo...

Hola Iza.

A este momento ya pereciera que lo más grave fue el susto,
pero la mala experiencia igual queda.

Saludos!

Anónimo dijo...

Estimado:
La verdad me produce mucha tristeza estas noticias. Acá en Chile, hace aprox. 2 semanas 2 asaltantes mataron a 2 policías. Lo peor de esto, es que es la segunda vez que ocurre en menos de 6 meses. Lo que produce en todos nosotros, es un sentimiento de inseguridad y que la delincuencia se esta imponiendo en todos lados. Sin embargo, son estos hechos los que reafirman mi decisión de emigrar sin tanto dolor.
Saludos desde Chile.

Cristian